lunes, 15 de junio de 2015

LA OTRA CARA DE LAS ALERGIAS ALIMENTARIAS

¡HEMOS SOBREVIVIDO A LAS COLONIAS! Ya ha pasado todo y no ha habido ningún problema.
No ha tenido ninguna reacción a ningún alimento, no ha tenido crisis asmática, la profesora ha estado superatenta con él.... y lo sé de buena mano porque han ido enviando vídeos y ella en todas las comidas siempre estaba junto a él, pendiente de lo que comía. Ante profesionales como ella una se tiene que quitar el sombrero.
Lo que pasa es que la problemática en la vida de un niño con alergias alimentarias, nos es solo las reacciones físicas que puede tener, sino también los problemas psicológicos que ello conlleva. Me explico:
Cuando un niño con esta problemática sale del entorno familiar, se encuentran que las personas que se hacen cargo de ellos y son conscientes de sus alergias, cuando se presenta ante ellos dudas de si el alimento que le ofrecen puede consumirlo o no, optan por no dárselo. Postura la cual comparto, ya que yo soy su madre y llevo muchos años conviviendo con esta "enfermedad" y aún me encuentro ante situaciones parecidas. Pero mi hijo no la comparte.
Últimamente hemos pasado por dos situaciones, una en el colegio que con motivo de las fiestas repartieron bizcocho con chocolate, mi hijo tiene claro que el puede comer bizcocho pero su profesora no se atrevió a darle y le dieron otro dulce apto para alérgicos. Ese día salio enfadadísimo, no entendía porque su profesora no le creyó que el podía comer bizcocho, y como no, el otro dulce le pareció malísimo.
La otra ha ocurrido ahora en colonias, la misma situación, no le dieron bizcocho como a todos para merendar. ¡¡El berrinche que pillo fue monumental!! Me tuvieron que llamar para que les confirmara que lo podía comer, que aunque lo tenían apuntado en la lista que hicimos conjuntamente de las cosas que podía comer, habían dudado y habían optado por no dárselo, y ya de paso también para ver si le podía calmar un poco, pero nada me fue imposible tranquilizarlo. Parece ser que por la mañana ya no le dieron pan con nocilla como a los demás y cuando llegó la merienda y tampoco le dieron el bizcocho..... pues estalló. 
Supongo que el estar fuera de casa, estar en la edad de no querer ser diferente a los demás niños y encima tener memorizado lo que podía y no podía comer..... todo se fue acumulando y el disgusto fue monumental. 
Pero bueno, gracias a Dios, está bien y se lo ha pasado genial que es lo más importante.Y a los papas no nos queda más remedio que seguir vigilando e intentando hacer que sus vidas sean lo más normales posibles.
¿Como han ido vuestras colonias? Cuentanoslo....

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